Con siete expulsados de por medio, River se quedó con el Superclásico y es más líder que nunca

Luego de un primer tiempo muy chato y estudiado, el complemento del primer Superclásico del año cambió un poco la tónica y se abrió con un penal de Miguel Borja a favor de River Plate, que defendió con altura su localía ante un débil y apático Boca Juniors. 

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Más allá de tratarse del estreno de ambos entrenadores en este tipo de duelos, Martín Demichelis puso un planteo mucho más ofensivo que el plasmado por Jorge Almirón y, firme a su ideología de juego, el ex defensor de la Selección Argentina no abandonó sus principios y metió mano en el equipo buscando superar el planteo defensivo que presentó el Xeneize. 

Dejando de lado que fue un partido mucho más aburrido que entretenido, los pocos minutos de euforia que se presentaron en el Estadio Monumental aparecieron con el gol de Miguel Borja, de penal, y la importante disputa que se armó por el festejo de Agustín Palavecino en la cara de Sergio Chiquito Romero. 

El desahogo del volante de River no cayó para nada bien en el ex arquero del Manchester United y éste o fue a buscar. Acompañado de varios de sus compañeros, Romero agarró al volante y le recriminó lo que había hecho. 

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Antes de decirle algunas otras cosas, los compañeros de Pala entraron en escena y empujaron al uno de Boca para que se desate una verdadera batalla campal en pleno terreno de juego del Monumental. 

Como salgo final, tras más de 10 minutos de empujones, puteadas, golpes y agresiones por todos lados, el árbitro del encuentro optó por expulsar a un total de 7 jugadores: Nicolás Valentini, Exequiel Fernández, Miguel Merentiel y Jorge Almirón por el lado del visitante, mientras que al local le mostró la cartulina roja a Agustín Palavecino, Ezequiel Centurión y Elías Gómez.