Godoy Cruz e Independiente Rivadavia empararon 1 a 1 en un partido picante

En una nueva edición del clásico mendocino, Godoy Cruz e Independiente Rivadavia empataron 1 a 1 en el estadio Malvinas Argentinas, que volvió a ser el escenario del duelo entre los dos clubes más importantes de la provincia en la máxima categoría del fútbol argentino. 

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Este partido, correspondiente a la fecha 12 del Torneo Apertura 2025, se disputó a puerta cerrada por razones de seguridad y estuvo marcado por decisiones arbitrales polémicas de Silvio Trucco.

El Tomba se adelantó hacia el final del primer tiempo gracias a una brillante definición de Santino Andino, quien controló un centro desde la derecha en el aire y definió cruzado, superando a Ezequiel Centurión. Este gol rompió el equilibrio de una primera mitad bastante pareja, que estuvo llena de imprecisiones y con pocas oportunidades claras hasta los minutos finales.

Antes de que llegara el gol, ambos equipos tuvieron algunas chances aisladas. Godoy Cruz estuvo cerca con una chilena desviada de Luca Martínez Dupuy y un potente remate de Barrea que se fue por encima del arco. Por su parte, la Lepra generó peligro con disparos de Maximiliano Amarfil y Mauricio Cardillo que obligaron a Franco Petroli a intervenir.

El segundo tiempo comenzó con polémica. A los dos minutos, Sheyko Studer, defensor de Independiente Rivadavia, empujó y tomó del cuello a Barrea tras una falta en ataque. Trucco, en una decisión muy cuestionada, decidió amonestar al delantero de Godoy Cruz y no expulsó a Studer, quien ya tenía una tarjeta amarilla.

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La igualdad llegó a los 29 minutos, cuando Iván Villalba conectó de cabeza un tiro de esquina desde la derecha y selló el 1 a 1 con un frentazo certero. Minutos después, Matías Valenti anotó lo que parecía ser el 2 a 1 para el conjunto azul, pero el gol fue anulado por el VAR debido a una posición adelantada en el inicio de la jugada.

En los últimos minutos, ambos equipos intentaron romper la paridad sin éxito. El cansancio y la falta de claridad en los metros finales impidieron que el clásico, a pesar de la ausencia de público, careciera de tensión.