Impactante antes y después del puerto de Beirut luego de la explosión
En la jornada del martes, se registraron una serie de explosiones que destruyeron gran parte de Beirut por un incendio en un depósito donde había abandonadas más de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, un químico blanco, inodoro, aparentemente inofensivo que suele encontrarse en las bolsas de fertilizantes. Aunque aún no se ha podido determinar cómo se inició el fuego.
El epicentro de la potente detonación, equivalente a un terremoto de 3,5 grados, fue el puerto de la capital de El Líbano, que quedó reducido a escombros y con una parte de la estructura completamente desaparecida, una imagen muy distinta a la que se le conocía.
El humo todavía salía hoy de la zona portuaria, donde se formaron montañas de granos por la destrucción de varios silos rodeados de hangares que también quedaron completamente derruidos. La explosión abrió un cráter de unos 200 metros que se llenó con agua del mar. Esto se vio reflejado en una comparativa que se hizo viral en las redes sociales.
Vuelos de ayuda internacional comenzaron a arribar hoy a Beirut, donde el estallido dañó tantos edificios que el Gobierno local dijo que cientos de miles de personas podrían no ser capaces de volver a sus hogares por dos o tres meses.
Las explosiones dejaron calles repletas de vidrios y escombros y decenas de desaparecidos, y amenaza con agravar la mayor crisis económica del país en décadas y su fuerte brote de coronavirus.
El ministro de Salud, Hamad Hasan, informó al canal local Al Manar que los muertos ya ascienden a 135 y los heridos superan los 5.000, y no descartó que las cifras continúen subiendo en las próximas horas, según la cadena Al Jazeera.
Autoridades libanesas habían dicho que servicios de emergencias aún buscaban a unos 100 desaparecidos entre los escombros.
La detonación fue la más potente que se haya registrado en la ciudad, que estuvo dividida durante la guerra civil que desangró al país de 1975 a 1990 y que ha soportado bombardeos del vecino Israel y grandes atentados con explosivos.
Familiares de los desaparecidos suplicaban por las redes sociales información sobre sus seres queridos, mientras que locutores de radio leían los nombres de heridos o personas cuyo paradero seguía sin conocerse.