Tenía calor, se tomó un granizado de una fruta clásica, convulsionó y terminó internado
En un centro comercial de Glasgow, Escocia, se registró un incidente grave cuando Angus, un niño de tres años, sufrió una severa intoxicación tras ingerir un granizado de frutilla mientras acompañaba a su madre, Victoria Anderson, de 29 años, en una jornada de compras.
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Según relató la madre, Angus cayó inconsciente al suelo luego de algunos sorbos del licuado, experimentando una reacción inesperada. En sus palabras, "Su cuerpo se quedó helado como una piedra".
Posteriormente, Angus expresó su deseo de regresar a casa, lo cual inicialmente fue interpretado como un simple capricho por su madre. Sin embargo, al observarlo detenidamente, notó que "sus ojos estaban hacia atrás, y estaba teniendo una convulsión, se quedó sin fuerzas".
Los médicos, tras revisar al niño, descubrieron que los niveles de azúcar en su sangre estaban "peligrosamente bajos", requiriendo su traslado urgente al hospital. Victoria Anderson compartió su temor diciendo: "Pensé que lo había perdido. Tenía miedo de que muriera, considerando la forma en la que cayó y lo flácido que estaba. Le dieron un golpe en la pierna y ni siquiera se inmutó".
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En el hospital, Angus estuvo inconsciente durante dos horas mientras los médicos investigaban la causa. Se determinó que la toxicidad por glicerol en el granizado fue la responsable de la baja de azúcar en la sangre, provocando el episodio.
Victoria Anderson ahora aboga por la prohibición de la venta de este tipo de bebidas a niños, o al menos, la implementación de señales de advertencia para menores de 4 años.