El campo mendocino está en alerta máxima por la megasequía
Más de 20 cámaras y asociaciones de productores del campo mendocino difundieron un comunicado en el que advierten que el sector está en máxima alerta como consecuencia de la megasequía que atraviesa la provincia de Mendoza.
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Si bien reconocen que la crisis hídrica de la provincia no es nueva, advierten que la situación de este año es mucho más extrema debido a la casi nula ocurrencia de precipitaciones níveas.
Situación que puede comprobarse a través de los datos del Departamento General de Irrigación y organismos técnicos, que indican que el área cordillerana de Cuyo demuestra sus niveles níveos más bajos desde el año 2000, dentro de los cuales los últimos cuatro años han estado también por debajo de esos valores.
Frente a este complejo panorama, las entidades piden que se tome conciencia de la extrema situación que, de acuerdo a la información existente, es de las peores conocidas con precipitaciones níveas muy por debajo de la media histórica. De no producirse nevadas en lo que resta del ciclo, la cantidad de agua para riego, se verá notablemente disminuida.
Según señalan los productores, esto podría provocar "una caída estrepitosa en la producción, las explotaciones rurales en estado crítico agravarán su situación hacia el abandono. El uso de los pozos estará condicionado por el impacto económico por aumento provincial en el VAD (Valor Agregado de Distribución) que se estima incrementará en un 51% la facturación eléctrica correspondiente a la temporada de uso intensivo de pozo y que impactará aumentando sus costos considerablemente. Habrá disminución del empleo y aumento del éxodo rural, con sus consecuencias.
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En ese sentido señalan que no hay acciones acordes, ni de mitigación, ni obras, ni políticas concretas para afrontar la situación y que por eso le piden a Irrigación y al Gobierno de Suarez que instrumente de forma inmediata un Plan de Emergencia que contemple obras y acciones de mitigación para hacer frente a la temporada 2021-2022.
"Simplemente no podemos seguir actuando de forma fragmentada, impulsados por las crisis en lugar de la prevención. El costo de la prevención es mínimo en comparación con el costo del socorro en casos de desastre, por lo tanto, debemos pasar de la gestión de la crisis a la prevención de las sequías".
"La seguridad del agua, tanto el suministro sostenible en cantidad y calidad limpia, es un aspecto fundamental para garantizar la vida y el desarrollo", concluye el comunicado.