Rompió el silencio la mujer acusada de abusar de la ex pareja de Cacho Garay
La causa que investigaba la denuncia contra Chacho Garay por abusos sexuales, maltratos y amenazas generan una fuerte expectativa en estos momentos.
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Según fuentes judiciales, se esperaba que la empleada de la Legislatura provincial, señalada como cómplice de las vejaciones sufridas por la ex pareja del humorista en su residencia en Luján, se entregue en las próximas horas.
La mujer avisó que había regresado a Mendoza este lunes, luego de disfrutar de unas vacaciones en el Caribe, y dejó entrever que se presentaría en el Polo Judicial el martes, acompañada por su abogado defensor, Carlos Moyano. Las fuentes añadieron que el fiscal de Violencia de Género, Daniel Carniello, la imputaría de inmediato.
Una vez realizado este procedimiento (siendo acusada de abuso sexual y amenazas como coautora), es probable que el fiscal otorgue el beneficio de arresto domiciliario, según la información disponible, si se cumplen las condiciones necesarias en el expediente.
Al mismo tiempo, Garay debía comparecer el martes en la Sala 22 D del mencionado edificio judicial, donde se llevaría a cabo, a partir de las 12:10, una audiencia para tratar la solicitud de revocación de su arresto domiciliario presentada por los demandantes Agustín Magdalena y Cristian Vaira Leyton.
La jueza Alejandra Mauricio, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, tendría la responsabilidad de decidir si el comediante continuaría detenido en casa de su hermana o si debería ser encarcelado mientras continúa la investigación en su contra.
El caso se inició en abril, cuando su ex pareja se presentó ante las autoridades y lo denunció por amenazas con armas.
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Con el paso de los días, la mujer amplió su denuncia a través de varias presentaciones, proporcionando detalles sobre las fiestas sexuales organizadas por Garay, en las que era obligada a participar junto con otras personas, incluyendo la empleada de la Legislatura y algunas figuras del mundo del espectáculo, según consta en el expediente.
Según lo relatado por la denunciante en el caso, esos encuentros íntimos eran grabados y, en algunas ocasiones, fue obligada a consumir tranquilizantes y amenazada con una escopeta para mantener en secreto los hechos.
