Acusaron a cuatro sacerdotes del Opus Dei por espeluznantes delitos contra medio centenar de mujeres

Los religiosos, que cuentan con altos rangos, fueron llamados a indagatoria. Las víctimas son niñas y adolescentes de bajos recursos.

Cuatro sacerdotes del Opus Dei serán indagados en los próximos días por presunta trata de personas y reducción a la servidumbre, en una causa impulsada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°3. 

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El fiscal Eduardo Taiano solicitó la medida ante el juez Daniel Rafecas, acusando a los religiosos de haber explotado a 44 mujeres, en su mayoría niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, entre 1972 y 2015.

La investigación apunta a que los sacerdotes seleccionaban a niñas y adolescentes de bajos recursos, muchas veces provenientes de áreas rurales, bajo la promesa de brindarles formación y mejores oportunidades laborales. Sin embargo, una vez dentro de la institución, eran sometidas a un estricto régimen de formación espiritual, profesional y laboral. 

Si mostraban interés en convertirse en "numerarias auxiliares", una categoría exclusiva para mujeres, eran asignadas a realizar tareas domésticas de por vida en centros del Opus Dei, tanto en Argentina como en el extranjero.

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Las víctimas eran obligadas a trabajar jornadas extensas sin recibir ninguna remuneración, y si se les otorgaba algún tipo de pago, este debía ser devuelto a quienes las controlaban. Según los testimonios, las jóvenes vivían aisladas, sin acceso a medios de comunicación y sin posibilidad de abandonar los centros donde se consumaba la explotación.

Entre los acusados se encuentran tres sacerdotes que ocuparon altos cargos dentro de la jerarquía del Opus Dei, como "Vicarios Regionales", y otro que fue "Secretario Regional a cargo de la Sección Mujeres". 

Las denuncias describen un patrón sistemático de abuso y sometimiento, en el que las jóvenes eran explotadas en su mayoría para servir a personas adineradas, especialmente hombres, en una práctica que se extendió durante décadas.

Este caso representa un golpe significativo para la reputación del Opus Dei, una organización católica que ya ha enfrentado otras controversias en el pasado. La causa, que comenzó a ser investigada hace varios años, cobra ahora mayor relevancia al acercarse las indagatorias de los sacerdotes, quienes podrían enfrentar cargos por trata de personas en al menos cuatro de los casos documentados.


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