Científicos argentinos logran que dos pacientes usen un mismo respirador de manera segura
Los ciencia argentina no para de dar muestras de su magnífica capacidad, formación y compromiso. Y esto se nota hoy más que nunca en un contexto de emergencia sanitaria desatado por la pandemia mundial de Covid-19.
Esta vez la buena noticia es que un equipo de trabajo liderado por Guillermo Artana, investigador principal del CONICET en la Facultad de Ingeniería de la UBA, diseñó un dispositivo bioseguro que permite el uso de un solo respirador para dos pacientes -ventilación dual-.
Según la información publicada por el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) la idea surgió en marzo a partir de la búsqueda de una mejora en la ventilación dual que se estaba implementando como recurso de emergencia en varios países afectados por la sobrecarga del sistema de salud, con lo cual se perdían capacidades del equipo y existía un riesgo de que un paciente contamine a otro.
Guillermo Artana explicó que junto a su equipo entendieron que era importante "tratar de ampliar las capacidades de los respiradores que están en stock y los que se van a producir" con el objetivo de dar una respuesta en un tiempo corto o frente a un desborde.
En ese sentido dijo que "Esta opción permite al Estado tener una cierta flexibilidad para manejar el stock de respiradores con racionalidad. La producción no es muy sofisticada, -es ensamblar en un ambiente limpio con condiciones de higiene-. Esto podría rápidamente estar en los hospitales", confía Artana.
Otro aspecto importante del dispositivo es que está diseñado para que pueda usarse en cualquier equipo, independientemente de qué modelo esté disponible. Además se respetaron los lineamientos que Estados Unidos lanzó en abril a través de la FDA (Food and Drugs Administration) y cumple con normas que fijó la SATI (Sociedad Argentina de Terapia Intensiva), que son los requerimientos mínimos que tiene que tener un dispositivo que ventile en una condición de emergencia como la actual.
En cuanto al manejo en la terapias, Artana afirma que pudieron observar que "al cabo de unas horas (los médicos) ya pueden capacitarse y familiarizarse con el equipo".
Si bien el trabajo estuvo coordinado por Laboratorio de Fluidomecánica de Facultad de Ingeniería de la UBA, el desarrollo del dispositivo se logró gracias a la colaboración con otras instituciones y organismos como la Cátedra de Anestesiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias y el hospital de Clínicas. También participaron con simulaciones numéricas importantes los centros de simulación de YTEC (YPF-CONICET) y del CIMEC, (CONICET- Universidad Nacional del Litoral).