El caso Priscila Leguiza: la nena asesinada a golpes, quemada y tirada a un arroyo por no decir "mamá"
El caso de Priscila Leguiza es uno de los más recordados en la historia criminal argentina. Ocurrió el 3 de enero de 2014, cuando la pequeña sólo tenía 7 años. Fue asesinada a golpes, después quemada en una parrilla y finalmente descartaron su cuerpo en el arroyo Las Conchillas, en la localidad bonaerense de Berazategui.
"La casa del horror": eran explotados sexualmente por sus padres y el caso estremeció al país
Tras dos meses de intensas búsquedas, uno de sus hermanos se quebró y le contó a los investigadores todo lo que sabía del atroz filicidio: Priscila había sido asesinada por su mamá por no decirle "mamá". En diálogo con TN, Julio Torrada, el abogado querellante que representó al papá biológico de Priscila, remarcó: "No conozco un caso más macabro perpetrado por la propia madre".
Debieron pasar 5 años, para que recién en marzo de 2019 el Tribunal Oral Criminal 5 de Quilmes elevara la causa a juicio. Tras días de extenso debate, finalmente culparon a Silvana Lafuente de homicidio agravado por el vínculo, premeditación, ensañamiento y alevosía. La madre de Priscila y su pareja, Pablo Verón Visconti, ambos fueron condenados a prisión perpetua.
El abogado querellante relató que la historia de Priscila fue dramática desde el principio. "La madre la parió en un patrullero y nunca más se hizo cargo", aseguró Torrada. La pequeña se crio con su papá, Gabriel Leguiza, y dos de sus cinco hermanos ya que los otros tres vivían con Lafuente.
Debido a eso es que la relación madre e hija era casi nula. Semanas antes del crimen, la mujer había reaparecido en la vida de la pequeña buscando afiliar el lazo de sangre que las unía.
"El padre creyó que Lafuente podría haberse arrepentido", señaló Torrada en diálogo con el mismo medio señalado anteriormente. Y fue entonces que decidió darle otra oportunidad y cuando su exmujer le dijo que pasaría a buscar a su hija para llevarla a su casa a ver a sus hermanos aceptó, con la condición de que volviera al día siguiente.
Pero pasaron los días y el hombre desesperado por la niña comenzó a buscarla. Priscila estuvo dos meses desaparecida hasta que uno de sus hermanos rompió el silencio.
"Pablo le pegaba con el puño y ella con un caño. Nos mandaron a todos a dormir y a la mañana siguiente me despertaron diciendo que Priscila había muerto", fue lo que el pequeño relató en su testimonio.
"Le reventó la cabeza con un fierro parecido a un pie de micrófono", indicó el letrado Torrada y añadió: "Después quemó el cuerpo de su propia hija en una parrilla durante siete horas". Como si eso fuera poco, los hermanos de la víctima dijeron ante el tribunal que nunca pudieron olvidarse del olor a quemado.
Un pastor involucrado
Esa noche de verano comenzaba a amanecer y Lafuente junto a su novio seguían quemando el cuerpito. Desesperados por no dejar evidencia llamaron a un presunto pastor, identificado como Santos Doroteo Lezcano, para pedirle ayuda. El hombre llegó un rato después y les aconsejó deshacerse de los restos de la nena para que no terminaran presos. "Si no hay cuerpo, no hay delito", les dijo, según archivos de TN.
"Puso los restos en un cochecito y obligó a los dos hermanos de la nena a que la acompañaran a descartarlo", recordó Torrada en aquella entrevista en la que se lo notaba muy impactado de nivel de frialdad de esa madre.