"No soy un monstruo": se conoció la obsesión que tiene loco a uno de los rugbiers asesinos
Máximo Thomsen, uno de los rugbiers sentenciados a cadena perpetua por el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, volvió a la escena mediática con un pedido que sacudió los cimientos del caso: volver a declarar ante la justicia.
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Este movimiento desencadenó un aluvión de especulaciones sobre la mente de Thomsen y la naturaleza de su obsesión por limpiar su imagen.
Thomsen, quien se destacó como el primero en romper el pacto de silencio entre los ocho rugbiers detenidos, fue descrito por su nuevo abogado, Francisco Oneto, como un individuo constantemente informado sobre la cobertura mediática que lo rodea.
A través de un celular, el rugbiers asesino se sumerge en un mar de noticias, opiniones y comentarios sobre su persona, mientras persiste en una negación ferviente de la imagen de "monstruo" que forjaron en la esfera pública.
"Soy un ser humano", insiste Thomsen, según relata su abogado, reflejando una lucha interna por despojarse de la etiqueta de villano que se le ha impuesto. A pesar de esta conexión con el mundo exterior a través de la tecnología, Oneto duda sobre la participación de su cliente en las redes sociales, dejando en claro que el foco principal de su preocupación es el bienestar físico y mental de Thomsen.
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"Dudo que tenga redes sociales, sinceramente no lo sé", indicó Oneto. "Sí me dijo que su alojamiento es bueno. Fue la primera pregunta que le hice: cómo estaba. Yo necesito que él esté bien, en óptimas condiciones para poder trabajar tranquilo", sumó el letrado libertario.
Por otro lado, Oneto aseguró que el asesino de Fernando "lee todo lo que se dice en los medios y niega ser el monstruo que se ha construido públicamente". En ese sentido, agregó: "Los medios influyen en el proceso y se les debe dar la debida atención".
