Tras las fotos, Alberto Fernández filtró chats con la madre de Fabiola hablando de su alcoholismo
En el marco de la causa por violencia de género en su contra, el expresidente argentino Alberto Fernández difundió una serie de mensajes con su suegra, Miriam Verónica Yáñez Verdugo, con el objetivo de desviar la atención hacia la relación de su ex pareja, Fabiola Yáñez, con el consumo de alcohol.
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Este movimiento busca reforzar la estrategia de su defensa, que intenta centrar el foco en la supuesta adicción de Yáñez a las bebidas alcohólicas, en lugar de las acusaciones de violencia doméstica.
En uno de los chats difundidos por el canal TN, Fernández le escribe a su entonces suegra: "Hola Verónica, acabo de hablar con Fabiola. Me doy cuenta que estuvo tomando mucho alcohol. Le pido por favor que se ocupe de que no lo haga".
A lo que agrega: "Yo no entiendo por qué soy el único que se preocupa por eso". En respuesta, Yáñez Verdugo admite que controlar la situación ha sido complicado, pero afirma que lo está intentando: "Lo sé Alberto, está costando pero la controlo". Fernández, insistente, responde: "Explíqueselo y no la deje tomar", en un tono que roza el ultimátum.
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Esta maniobra se presenta un día después de que la defensa del expresidente presentara imágenes de Yáñez consumiendo alcohol como parte de la estrategia para culparla de las lesiones que se le han atribuido a presuntos episodios de violencia. Según los abogados de Fernández, las lesiones de Yáñez habrían sido consecuencia de su propio comportamiento bajo los efectos del alcohol, intentando restar credibilidad a las denuncias de violencia de género en su contra.
La filtración de estos chats también parece ser un intento por contrarrestar el impacto negativo de los audios que salieron a la luz el miércoles.
En dichos audios, el exmandatario se dirige a su entonces pareja de manera despectiva y con insultos, lo que generó críticas y repudio en la opinión pública. El escándalo ha tomado mayor relevancia ante la inminente declaración de Miriam Verónica Yáñez Verdugo como testigo en el caso, lo que añade una nueva dimensión al ya complejo proceso judicial.
La defensa de Fernández busca desviar la narrativa del caso hacia el comportamiento de Fabiola Yáñez, intentando posicionarla como responsable de sus propios problemas, en lugar de abordar las acusaciones de violencia que enfrenta el exjefe de Estado.
Al hacerlo, intenta minimizar el impacto de las pruebas y testimonios que apuntan a la responsabilidad de Fernández en los episodios de violencia.
