Una beba quedó al borde de la muerte tras ser mordida dos pitbulls salvajes
Una beba de un año y medio está internada desde el pasado sábado en el hospital de niños de Santa Fe luego de haber sido salvajemente atacada por dos perros de raza pitbull, los cuales le provocaron lesiones óseas y pulmonares. Su abuela, que intentó defenderla de los animales, sufrió mordeduras en la cara, el cráneo y en piernas y brazos. Uno de los dos animales tenía una denuncia previa.
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En aquel entonces, las víctimas pasaron frente a una vivienda en la que un grupo de personas tiene los mencionados animales. Desafortunadamente, en ese momento, los perros salieron corriendo hacia la calle y perpetraron el ataque.
La mujer, que hizo todo lo posible para defender a la pequeña Catalina, no logró evitar ser agredida en la zona costal, y también fue herida en el rostro, en el cuero cabelludo, los dos brazos y las dos piernas. Pese a la violencia del ataque, está internada fuera de peligro.
Otra nena, de 8 años, nieta de la mujer y prima de la criatura atacada, escapó corriendo al observar embestida de los perros.
Pablo Ledesma, director del hospital de Niñas Orlando Alassia, informó que la beba sufrió "fracturas costales, en más de una, y las fracturas costales le provocaron un hemoneumotórax".
El médico explicó que esas lesiones le generaron "un tórax inestable, motivo por el cual desde su ingreso al hospital está en la unidad de cuidados intensivos con asistencia respiratoria mecánica".
Hoy, la mamá de Catalina dijo que "tiene muchas fracturas, costillas rotas, está intubada y sedada". Y sostuvo que los galenos "están esperando que evolucione para poder ingresarla a quirófano".
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"Catalina va a estar dormida mucho tiempo porque el dolor de la costilla quebrada no lo va a aguantar. Además, ella nació prematura y tiene muchos problemas. Ayer vinieron varias personas de la Iglesia y se quedaron orando acá. Nosotros estamos moviendo todo para que se haga Justicia", declaró a la prensa local.
A raíz del ataque intervino la Sección Ecológica de la Policía. Los dueños de los perros declararon en una comisaría y comenzó una investigación penal. El municipio, en tanto, corroboró que los animales no estaban inscriptos en el registro creado por ordenanza para la tenencia de animales peligrosos. Además, como si fuera poco, tenían incompleto el esquema de vacunación.