Villarruel y su enojo por la marcha: "Hay que dejar de proteger a los parásitos que hacen negocios"
La vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, expresó su apoyo a la universidad pública este miércoles, aunque advirtió sobre la necesidad de auditar el uso de fondos destinados a las instituciones educativas.
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En medio de la Marcha Nacional Universitaria, que concluyó en la Plaza del Congreso, Villarruel utilizó su cuenta en la red social X para subrayar que "todo lo que se financia con los impuestos, tasas y contribuciones del pueblo argentino trabajador puede y debe ser auditado para recibir fondos del Estado".
La funcionaria hizo hincapié en la importancia de "cuidar lo que es de todos", a la vez que criticó duramente a quienes, según ella, "hacen negocios" con la educación pública.
"Debemos dejar de proteger los negocios de los gerentes de los agujeros negros fiscales", sentenció Villarruel, dejando claro su respaldo a una universidad pública y de calidad, pero sin lo que denominó como "parásitos" que se benefician económicamente del sistema.
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Estas declaraciones se producen en un contexto complicado para el presidente Javier Milei, quien anunció su intención de vetar la recientemente aprobada Ley de Financiamiento Universitario. Villarruel, al sumarse al debate, marca una posición que refuerza el pedido de control en el manejo de los fondos públicos destinados a la educación, generando así tensiones dentro del gobierno y con los sectores que defienden la autonomía financiera de las universidades.
La discusión sobre el financiamiento de la educación superior pública ganó relevancia en las últimas semanas, en medio de las manifestaciones que exigen más recursos para las universidades. Villarruel se mostró a favor de estos reclamos, aunque insistió en que la única manera de asegurar que los fondos sean utilizados de manera eficiente es mediante auditorías que garanticen la transparencia y eviten posibles desvíos de dinero.
Las palabras de la vicepresidenta no tardaron en generar reacciones, tanto de quienes apoyan su postura de mayor control sobre los recursos públicos como de aquellos que ven en sus declaraciones una amenaza a la autonomía universitaria.
Mientras tanto, las movilizaciones estudiantiles y sindicales continúan presionando al gobierno para que no recorte el presupuesto destinado a las universidades.