Habló el ex novio del Doctor Mühlberger: "Me clavó un cuchillo en la sien"
El conocido esteticista de famosos Rubén Oscar Mühlberger fue detenido por personal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y su clínica ubicada en el barrio porteño de Retiro clausurada porque tanto él como el lugar no tenían la habilitación correspondiente y también se comprobó que suministraba medicamentos vencidos que atentaban contra la salud de los clientes.
Ahora, siguen apareciendo voces en su contra. Esta vez, fue defenestrado por su ex pareja, el empresario Alejandro Pugliese, quien fuera además socio participativo de la clínica clausurada.
Pugliese dialogó con Nosotros a la mañana (El Trece) y comenzó de a poco por suerte: "Es un psicópata y maltratador serial", le dijo al Pollo Álvarez.
"Psicópata es lo que podría decir, era un maltratador serial, un dulce de leche con los pacientes y cuando me presentaba en público también era muy amoroso. Pero era una persona muy seca. Había días en los que no nos comunicábamos. No le interesaba contar nada: ni el pasado ni el presente. Solo se proponía en el futuro. Llegaba a casa, se sacaba el ambo y las pocas conversaciones que teníamos eran sobre el mañana", continuó relatando Pugliese.
"Fue una relación tóxica. Él tenía diez años más que yo, era médico, fue mi primera pareja y con quien me definí gay. La verdad es que se puso feo en los últimos años", agregó.
Luego, se animó a contar un tremendo relato: "Decidí que nos distanciemos y que sigamos con la sociedad. Un día se apareció en mi casa, con cara de sacado, y estábamos almorzando muy tranquilos cuando me dijo que tenía un proyecto y quería que le pase el contacto de una persona que yo conocía".
Ahí Pugliese le dijo que eso "podía esperar" y eso al Doctor no le gustó: "Me preguntó si le estaba ocultando algo y de golpe veo que vuela un cuchillo y me lo clava en la sien. Me podría haber matado".
"Es una persona peligrosa", destacó el hombre al tiempo que iba relatando ese casi trágico día. "Después, con toda la casa ensangrentada, terminó de comer como si no pasara nada, y mientras yo me sacaba la sangre y me hacía un vendaje, se levantó y dijo 'chau, hasta luego, me voy'", finalizó.