La mejor manera de hacer esquejes de suculentas
Las suculentas o crasas son una de las especies más fáciles de cultivar ya que pueden estar un largo periodo de tiempo sin agua. Esto se debe gracias a un órgano de la planta, que se puede encontrar en el tallo o las hojas, está especializado en el almacenamiento de agua en cantidades mayores que el común de las plantas. Esta característica las convierte en una excelente opción para quienes no disponen de mucho tiempo para cuidar de las plantas.
Las plantas suculentas no están filogenéticamente relacionadas entre sí, es decir, que no necesariamente todas las suculentas provienen de la misma familia. Sino que han desarrollado, cada especie de suculenta, rasgos similares en un proceso de evolución convergente. Es por esto que si aprendes a realizar esquejes de suculentas, podrás reproducir cualquier especie que desees.
Paso a paso para hacer esquejes de suculentas de manera exitosa
Las razones para reproducir una suculenta son varias: es una hermosa planta que se adapta a cualquier ambiente y además, según el Feng Shui, las suculentas o crasas aportan armonía y protección a la casa y ayudan a purificar la energía negativa y transformarla en energía positiva
Preparación. Unos días antes de realizar el esqueje de suculenta, es regar la planta madre. Esto se hace para que la planta tenga más reserva de agua y por lo tanto el esqueje tendrá más energía para afrontar el proceso de enrizamiento. Además, prepara tus herramientas desinfectando las tijeras o lo que sea que utilices para cortar, esta en la forma para evitar hongos que pudren los esquejes y enferman la planta madre.
Elección del esqueje más saludable, con el mejor color y una buena hidratación en las hojas. Esto es fundamental ya que te acerca al éxito del proceso. Procura que los esquejes no tengan manchas marrones o negras. Una vez que has seleccionado el trozo de planta, realiza el corte lo más limpio posible, sin dañar demás la suculenta madre.
Retira las hojas bajas del tallo que hayas elegido como esqueje, de esta manera estarás dándole espacio a las futuras raíces al mismo tiempo que evitarás que las hojas de abajo se pudran y enfermen al esqueje. Pero estas hojas que saques del tallo ¡no las botes! Puedes esparcirlas en la misma tierra de la planta madre y, con algo de suerte, volverán a crecer.
Espera a que tu esqueje de suculenta cicatrice. Para esto, colócalo sobre un papel absorbente, en un lugar iluminado y aguarda una semana a que la herida principal como las que se produjeron al retirar las hojas de abajo, se cicatricen. Luego de este tiempo, ya puedes plantar el esqueje en una maceta. Asegúrate de que tenga un buen sustrato y hunde la parte desnuda del tallo en la tierra hasta dejar sobre las superficies las hojas que decidiste dejar.
Luego de dos días podrás regar el esqueje de manera abundante, y repite el riego cuando notes el sustrato absolutamente seco. Al cabo de 2 meses ya tendrás una suculenta nueva.