Muy fácil: 4 consejos prácticos para mantener un rosal
Si ya tienes en tu jardín un rosal saludable y libre de plagas, entonces sólo debes seguir estos 4 consejos prácticos para mantener un rosal. Se trata de una guía de tareas fundamentales para tener la certeza de estar brindándole los mejores cuidados a tu rosal. Disfrutar del espectáculo de colores y aroma de las rosas es posible sin invertir mucho tiempo ni dinero.
Nadie puede dudar del poder ornamental de las rosas, ya sea que el rosal esté en maceta o en tierra, verlo florecer es un espectáculo de colores y aromas sin igual. Por algo las rosas son las favoritas de muchas celebridades y se han utilizado para decorar palacios, plazas y jardines en todo el mundo. Y tu puedes disfrutar de toda la belleza de los rosales sin esforzarte demasiado ni gastar un dineral.
Cuida y mantén tu rosa siguiendo estos consejos prácticos
Ubicación. Este es, de todos, el consejo más importante porque si tu rosal está en tierra en el lugar equivocado, someterlo a un trasplante será muy traumático para la planta y la pondrás en peligro de enfermarse. Lo mismo si está en maceta, cambiarla de lugar constantemente le generará un estrés que la debilitará y no tendrá fuerzas para defenderse de la invasión de plagas. Asegúrate que el lugar de tu rosal sea en una zona donde reciba luz solar de forma directa la mayor parte del día. De hecho, la dosis ideal de luz solar para los rosales es entre 6 y 8 horas diarias.
En segundo lugar, presta atención al riego. Los rosales son una especie que necesita un buen riego, es decir abundante, pero en forma espaciada. No lo riegues todos los días un poquito, es preferible hacerlo un sólo día y generosamente. Del mismo modo, procura que el riego sea al atardecer, cuando las temperaturas en verano hayan descendido. Y si vives en zonas frías o, en este momento, es invierno, también es una buena idea hacerlo al atardecer, antes de las horas de más baja temperatura.
La fortaleza y la salud de tu rosal depende también del alimento, por eso, el sustrato en el que habita es muy importante. En las tiendas de jardinería puedes consultar por un sustrato especial para rosales, aunque puedes simplemente abonar el suelo con mezcla de compost que también servirá. Y recuerda mantener un buen drenaje para evitar encharcamientos.
Por último, pero no de menor importancia, realiza al menos una poda anual. Lo ideal es hacerla en otoño o inicios de la primavera. Como siempre decimos, asegúrate de desinfectar tus herramientas, esto lo puedes hacer limpiando las tijeras de poda con un paño embebido en un poco de alcohol desinfectante y listo. Este paso es para evitar que se infecte el rosal por la herida de la poda. No te olvides de hacer los cortes en forma de bisel, es decir a 45 grados, y que sea a un centímetro por encima de la yema.